Cuando el invierno acabe, terminará lo que he sido.
No habrá nueva primavera, ni ferias de libros,
solo hogueras de papel y flores rotas.
No se escuchará más las canciones de trova por los altavoces.
Mis hijos no sabrán ya quien fue Zitarroza
y dirán que Sabina es una mujer.
Cuando este invierno termine
mis vísceras detendrán su ritmo enfermizo
y acabará el cansancio.
Cuando este invierno termine,
el equinoccio será de otros
y yo seré quien repose
en la cara oculta de la luna.