sábado, 24 de marzo de 2012

De rodillas

El deseo de los aspirantes presidenciales por arrodillarse en los actos litúrgicos que preside Joseph Ratzinger, es paradójica: buscar legitimidad en quien adolece de ella.
Un estado presuntamente democrático buscando que un poder imperial y absolutista avale su accionar. Rezar por los asesinados en la guerra calderonista en lugar de realizar las investigaciones necesarias y llevar a juicio a los militares y delincuentes involucrados.
Arrodillarse ante un promotor de la muerte, de la homofobia, ante un encubridor de delitos tan graves como la pederastia y el abuso de las mujeres al interior de su organización religiosa. Es simplemente insultante.
Candidatos que esperan que el toque papal los transforme en punteros electorales. Sentirse avalado por quien desde su silla pontifical llama terroristas a quienes se oponen a sus designios en materia de la sexualidad y el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, sentirse avalado por quien protegió a Marcial Maciel, por quien resucitó a la Inquisición.
Arrodillarse en una misa que exalta a los cristeros y afrenta la creación del estado mexicano moderno, ese al que aspiran gobernar.
Y en esta segunda embestida contraconstitucional, los políticos están solícitos a aprobar la apertura mediática, la desaparición de la educación laica, la participación activa de la institución eclesial en el ámbito político; todo ello ya soterradamente practicado, pero de lo cual reclaman "legitimidad" para poder controlar las voces y organizaciones disidentes y resistivas.
El aval de los ciudadanos mexicanos a candidatos que necesitan mejorar su imagen a partir de un personaje que tiene el mínimo respeto por los derechos humanos y ciudadanos, dice mucho de la crisis en la que vive esta sociedad.

GUARDIA NACIONAL: CONSOLIDANDO LA MILITARIZACIÓN REGIONAL

GUARDIA NACIONAL: CONSOLIDANDO LA MILITARIZACIÓN REGIONAL En 1997, siendo el primer jefe de gobierno electo del entonces Distrito Fede...