EL
LOPEZOBRADORISMO COMO CIUDADANISMO VOLUNTARISTA.
El
mismo perro con otro collar (Dicho popular)
Para
Marcelino Arias Sandi
Hacia el final de la
contienda electoral, la estridencia de quienes se sienten ganadores
ofusca no sólo la critica de sus contricantes, sino también
aquellas voces que desde la periferia señalan errores, excesos,
alianzas ambiguas y su funcionalidad en el sistema de dominación
capitalista.
Los defensores a ultranza del
lopezobradorismo, se ofenden ante la crítica y señalan a ésta como
parte del “complot”, de “alianzas oscuras”, de no “amar a
México”, de “hacerle el juego a la derecha”; sin detenerse a
razonar si la crítica es correcta o no. Nada debe empañar el
sentimiento triunfalista.
Centrado en una estrategia
ciudadanista y voluntarista, el lopezobradorismo se presenta como
opción democrática frente al capitalismo bursátil. Una opción que
no rompe con las reglas del juego y que por supuesto no aspira a
superar o a relevar al capitalismo, a lo mucho a paliar y maquillar
sus efectos.
Sus seguidores no aspiran mas
que a sustituir el látigo por uno de punta suave. Suavizar y
“humanizar” al sistema, pero de ninguna forma cambiarlo.
Presentándose como apolíticos, como un movimiento de masas,
pretenden que la democratización del sistema solucione la crisis
recurrente.
Para el lopezobradorismo el
problema no es la dominación y la explotación, sino la falta de
garantías electorales. Si las elecciones son más participativas,
entonces, después del acto de depositar el voto, el engranaje del
cambio vendrá desde la nueva élite que gobernará al país.
La gente que sigue a López
Obrador golpeada por el capitalismo salvaje que ha precarizado sus
ingresos y su medianía de clase, siente que la llegada a la
presidencia de su candidato evitará la pérdida de su espacio y
volverán sus privilegios y seguridad perdida. Por eso depositan sus
acciones en los quehaceres de gobierno; que los gobiernos resuelvan
los problemas que los amenazan, sin optar por ninguna organización
social horizontal o autogestiva; ya vendrá Obrador y el se hará
cargo del asunto.
Creen que si hay más
democracia, las corporaciones serán menos salvajes o renunciarán
voluntariamente a sus ganancias y al saqueo de riquezas. Según
ellos, si el gobierno hace “su tarea” tiene el voto continuista
asegurado y si no lo hace, lo“castigarán” con el cambio de
voto. Piensan que si le se insufla más ética, los aparatos
gubernamentales y sus contratistas serán menos corruptos y se creará
un círculo virtuoso que diluya las lacras ahora imperantes y se
vislumbre un “mejor futuro.”
Pero el capitalismo no tiene
ni palabra, ni voluntad estética, ni ética. Siendo supranacional,
impersonal y centrado en sus ganancias hará lo que a sus intereses
convenga. No le interesa el gestor, le interesa que su reproducción
esté garantizada. Y López Obrador no representa un peligro, por el
contrario, hoy día, le ofrece estabilidad. Estabilidad necesaria
frente a la vuelta del imperialismo doméstico norteamericano y
frente a la globalización procedente de Asia.
Lo lamentable es que tanto la
derrota obrera como la antisistémica, sólo ofrece un panorama de
abandono, de renuncia, de imposibilidad. Ha sido tan brutal la
violencia, la represión, el avasallamiento, que incluso aquellos que
otrora se calificaban así mismos de libertarios, tras su renuncia a
“crear un nuevo mundo”, nos presentan a dicho mundo encerrado en
una boleta electoral donde se tachan las siglas de MORENA como “la
Esperanza”. Es el momento de la vía electoral, nos dicen, de no
“hacerle el juego a la derecha”, ya habrá tiempos y momentos
para corregir el rumbo, ahora, Andrés Manuel nos necesita. Renunciar
a la lucha, apostar por el perdón y el olvido, perder la dignidad.
Salir de la lógica electoral
es la posibilidad de pensar más allá de la reforma estética del
capitalismo. Es pensar más allá del keynesianismo como paradigma de
bienestar. Es salir del engaño y volver a mirar dentro de las filas
de MORENA a los retrógradas de siempre, a los represores de siempre,
a los empresarios de siempre. Y lo mismo aplica a otros partidos,
pero no nos centramos en su crítica, porque es MORENA quien se
presenta como una propuesta de “izquierdas”.
Es reconocer que no ocurrirá
nada mágico después de la jornada electoral. Y que al estar en el
gobierno veremos una cara amable aplicando “medidas dolorosas, pero
necesarias” para cumplir con las demandas del capitalismo. Al mismo
tiempo que se combaten casos de corrupción puntuales, una u otra
reforma social que calme los ánimos, mientras el país sigue su
derrotero hacia la descomposición.
Usted sabrá si vota o no,
pero recuerde: Es el mismo perro, usted elegirá un nuevo collar,
pero no podrá elegir que el perro no lo muerda, sólo que ahora
moverá la cola antes de hacerlo.