Esta tarde, el sol bebe la vida no nata.
La ciudad se desvanece entre pasos y voces.
Los bancos devoran almas hipotecadas
y las tiendas compran humanos en pagos semanales.
Esta tarde el reloj marca menos horas ,
La vida languidece, sin fichas de recarga
Y el semáforo apelmaza las venas de esta ciudad.
Esta tarde no hay promesas de mañana, futuros o esencias;
Solo letreros que nos recuerdan que somos mercancías subastables en internet.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario