Molestia, revuelo
comentarios racistas y hasta denigrantes es lo que ha causado en los
corrillos de la política partidista mexicana; el anuncio de una
candidatura femenino-indígena anunciada en la más reciente reunión
del Congreso Nacional Indígena (CNI).
El lopezobradorismo
vuelve con su reproche trasnochado de que el zapatismo "le hace
el juego a la derecha" que es un mensaje divisor de las
izquierdas y que no abona a la reconciliación nacional.
¿Si la vía
electoral en nuestro país no es un mecanismo de cambio sistémico
que propósito tiene entonces participar ahora con una candidatura
ciudadana?
Primeramente,
representa el poder ejercer un derecho hasta ahora alienado. Es el
arrebatarle a los partidos y a los candidatos de la oligarquía
empresarial la facultad de poder expresar que no se reconocen sus
opciones como válidas. Es una forma de desenmascarar aún más pero
sobre todo a aquellos partidos que se siguen presentando como “la
verdadera izquierda” que no son mas que operarios y parte del mismo
sistema.
En segundo lugar,
permite cuestionar y develar las formas tan onerosas y corruptas que
tienen los partidos políticos y los “candidatos independientes”
de financiarse; al presentar una auténtica candidatura ciudadana,
construida desde abajo.
En tercer lugar, es
una propuesta no basada en caudillos sino en una identidad ¿Cual es
el sector más discriminados de nuestro país sino las mujeres
indígenas? Es una candidatura que no se basa en un nombre, a fin de
que llegado el momento ese nombre sea el de sus votantes.
En cuarto lugar, no
es una candidatura que piense u opte realmente por vencer en las
urnas sino demostrar la vacuidad de las mismas. Es una demostración
de que la población indígena no necesita ser tutelada, tiene
dignidad y no todos ellos son comparsa de las “Oportunidades” ni
menores de edad que no puedan por si mismos proponer a sus
candidatos. ¿Quienes somos los no indígenas para decir que ellos no
pueden proponer sus propios candidatos o formas de lucha?
En quinto lugar,
antes del lopezobradorismo, y antes de estas elecciones, el EZLN ha
participado electoralmente ¿O ya nos olvidamos de su llamado a votar
por Avendaño como gobernador de Chiapas? Ello nunca ha significado
un acercamiento al gobierno o a las élites, ni tampoco una traición
a las “izquierdas” esas mismas que escogen diputados por medio
detómbolas y que aprueban leyes represivas contra las mismas
comunidades indígenas. Y no se puede hablar de traición a quienes
nunca han caminado con el EZLN.
Esta candidatura
puede ofrecer la oportunidad de que se construyan mecanismos de
acercamiento en temas que convergen desde otras trincheras de lucha,
y probar, si esos movimientos sólo se circunscriben a la búsqueda
de la silla presidencial y el curul o no. Hasta ahora, MORENA sólo
ha demostrado que su vía es sólo electoral esta es su oportunidad
de ofrecer y demostrar que puede ir más allá y hacer también
historia.
Si bien no suscribo
la totalidad de las resoluciones del congreso, porque algunas de
ellas son acientíficas o generalistas, saludo con beneplácito esta
estrategia de lucha, porque se que va más allá de una papeleta
electoral.