De izquierdas y autonomía

Para Irma Burbano, con aprecio.

Así como hay tradiciones y corrientes de "derecha", como la socialcristiana, la democristiana, socialdemócrata, neoliberal, conservadurismo y fascismo; podemos encontrar tradiciones y corrientes de "izquierda", desde el anarquismo, el anarcosindicalismo, el marxismo clásico, el troskismo, el stalinismo, el castrocomunismo, el maoismo y el totalitarismo. En la segunda guerra perdió Hittler, pero ganó el fascismo de "derecha" y el totalitarismo de "izquierda". Una tradición intelectual, conocida como la Escuela de Franckfurt, ya desde antes de la segunda guerra, planteó que lo que se vivía en la URSS era una suerte de capitalismo de estado, como lo es hoy China. Más adelante tanto Sartre como Michel Foucault irán más allá de derechas, de izquierdas y del humanismo, para plantear una cuestión clave: El poder, sus usos y las tecnologías para controlar al Yo. Gramsci, planteará las cosas en términos de hegemonía y contrahegemonía, y una nueva corriente, llamada postmodernidad planteará una visión radical, porque la cuestión no está en "derechas o izquierdas" sino en la dominación y como resistirla. Por eso nosostros planteamos que el impacto de un triunfo de cualquier candidato denominado de "izquierda" es nulo, ya que lo que hace es convalidar el sistema de dominación y legitimarlo, a lo más que pueden aspirar es a reformas dosificadas; pero puesto que el mercado ya está por encima de los estados, es la locura del mercado la que termina por controlar toda área vital.
Hablaré de lo que en México se denomina "izquierda institucional". (pero bien podría aplicarse mucho de ello a las derechas, porque ambas "polaridades" son necesarias y funcionales al sistema de dominación. Este tipo de izquierda se presenta como un intermediario, pero como todo buen intermediario, al presentarse frente a los grupos de dominación, su mismo carácter hace invisibles a sus supuestos "representados", por lo tanto deja sin voz a los oprimidos y marginados a los que dice representar. De ahí, que nosotros, lo que necesitamos es primeramente recuperar nuestra voz y hacer a un lado a los intermediarios, no porque seamos los mejores o nuestra propuesta sea la única, sino porque es nuestra voz, nuestra necesidad, es hacernos visibles. Esto hace que el cuento de una izquierda institucional, sea eso. ¿No ha sido a nombre de un Partido como el Socialista Obrero Español que se han restringido más las libertades obreras y de derecho a la información? ¿No ha sido bajo la égida del perredismo en Chiapas y Guerrero donde los actos de represión a comunidades indígenas y organizaciones civiles se ha recrudecido? La estrategia está, en que al poner una etiqueta de "derecha" a un gobierno, pues sabemos que su actuar es ya de por sí represivo y autoritario, y por ende suele haber una resistencia más organizada, pero si le ponemos una etiqueta de "izquierda", se suelen desmovilizar las resistencias, en la "esperanza" de que este sea ahora sí la oportunidad de que se "gobierne por el bien de todos y donde estén primeros los pobres", para después traducirse en desencanto y frustración (para el que se creyó el cuento). Porque, repito, ambas corrientes, "izquierda" y "derecha" son las dos cabezas de una misma bestia.
Desafortunadamente, en México, con la filosofía del ya merito, sigue habiendo la expectativa de que es posible que la izquierda institucional llegue al poder, pero sabemos por experiencia que en el momento en que llegan al poder, dejan de serlo.
Así que entre las luchas por un "hueso" nosotros decimos hay otra izquierda y no está en los partidos, así que a esa izquierda que se dece de centro, nosotros le decismo: si, está en el centro de la derecha, ya que la actual derecha en México es fascista.
No es que López Obrador no tenga ideas interesantes o preocupaciones sociales, es simplemente que no creemos en ese proceso, en esa estrategia. No es cuestión de creer en alguien, es cuestión de abandonar los mesianismos, hacer a un lado a los intermediarios y los mercenarios, para ser nosotros, nuestra voz y nuestras manos las que forjen un cambio y no sólo de régimen, sino de sistema y de modo de vida. No buscamos la toma del poder, buscamos construir un nuevo país, un nuevo mundo. El sistema actual tiene sus reglas de operación y acceso y sólo se puede acceder y escalar en él si se siguen sus reglas, pero tales reglas llevan a uno tarde o temprano a corromperse, desmovilizarse y asimilarse, al sistema político nacional sólo se tiene acceso claudicando a las ideas, vendiendo el alma al diablo rojo, azul o amarillo. Por eso, Irma, uno debe de huir de las "izquierdas institucionales" como quien huye de coyotes hambrientos, y huir de las "derechas puritanas" como quien huye de Jack el Destripador.
Por eso yo no reinvindico partidos, sino ideas, no reinvindico movimientos, sino autonomías. Amo la libertad, esa que significa que no mande nadie y que en paz me dejen hacer de mi vida lo que yo decido.