El Modelo Educativo Integral Flexible: Privatización del Conocimiento.

El Modelo Educativo Integral Flexible: Privatización del Conocimiento.

Primera parte.

Hacia finales de los noventa, y como parte de su recién adquirida autonomía, (que en realidad fue una transferencia de cotos de poder), la Universidad Veracruzana inició el desarrollo de lo que actualmente se conoce como el Modelo Educativo Integral Flexible (MEIF).

Tal modelo, se inserta en los lineamientos de la Organización Mundial de Comercio que promueve el considerar la Enseñanza Superior, como un servicio equiparable a una actividad empresarial y que por ende, forma parte de la economía del conocimiento, y, por tanto, se debe centrar en la eficiencia y la competitividad en un mercado globalizado. De esta manera, las universidades se convierten en proveedores de paquetes de conocimientos y habilidades listos a ser ofertados. (De ahí el uso del término “Oferta Educativa”).

De esta manera, el MEIF no se presenta como un modelo encaminado a la transformación o a la responsablidad social, y, por tanto refleja que la autonomía universitaria es más el abandono de las funciones propias del Estado en materia educativa, que una libertad de cátedra y autogestión. Al dejar de ser una responsabilidad del Estado se transforma el algo fuera de todo contexto de identidad cultural o de desarrollo social y de cambio en las relaciones materiales de existencia.

El MEIF, al presentarse como un Servicio educativo, refleja tres características propias de las mercancías: 1)Los contenidos programáticos se tornan en “experiencias”, tal y como cualquier otro servicio ofrecido en el mercado. 2) Como mercancía depende del poder adquisitivo del demandante, y por tanto, no es algo que se ofrezca a todos, sino a quien pueda comprarlo. Esto significa que el el Examen de Admisión es más una puja mercantil, que una evaluación real de conocimientos. El educando se transforma en un consumidor de servicios especializados y sólo podrá acceder a la educación superior si cubre la tarifa del mercado y se ajusta a él. Es decir, estamos ante una rearistocratización de la educación. 3) La “Oferta” educativa se flexibiliza para ajustarse a las demandas del mercado económico, y por ende no responde a las necesidades de estudiante, sino a los perfiles empresariales. Para el MEIF, la educación es un privilegio, no un derecho.

El MEIF, a su vez trastoca y elimina cualquier contenido educativo encaminado a la reflexión crítica de la sociedad, reduce la currícula de las áreas humanísticas y hace hincapié más en la técnica. Entiende por pensamiento crítico, sólo aquel que sostiene la visión gerencial del egresado universitario.

En nuevo modelo educativo de la Universidad Veracruzana presenta al conocimiento no como un patrimonio de la humanidad, resultado de su socialización, sino como propiedad privada, cuya característica es el ser individual y patentable. De esta manera, el acercamiento de la Universidad a las empresas privadas es ofertar la infraestructura de los Centro de Investigación a las grandes corporaciones, a cambio de recursos económicos que el Estado ya no proporciona; pero cediendo la innovación, la tecnología desarrollada y el conocimiento adquirido a tales corporaciones, que los patentarán, comercializarán y obtendrán un lucro mayor que la cantidad aportada a la Casa de Estudios. La Universidad Veracruzana impulsa así, sólo el desarrollo tecnológico privado y no de la Entidad Estatal. La Universidad Pública se convierte así, en un apéndice de las Corporaciones. No sólo se privatiza el conocimiento, sino los beneficios.

Al ligar los proyectos de la Universidad al de las empresas privadas, se inserta en ella la ideología de la productividad y la competitividad. El docente universitario ya no concibe su cátedra como un diálogo y un quehacer creador y organizador de conocimientos, sino como una competencia encarnizada para acceder al bono de productividad, lo que lleva a la distorsión de logros, a la masificación de ponencias y materiales didácticos sin contenidos, a posgrados e investigaciones al vapor. El diálogo del docente ya no es con el educando, sino con las primas extraordinarias que pueden aparecer en su cheque. Eso se acentúa con el sistema actual de evaluación docente por parte de la comunidad estudiantil. El llenado del cuestionario parece más un concurso de popularidad, cuyos parámetros son ambiguos.

El MEIF es un modelo más encaminado a la transmisión de conocimientos que a la generación del mismo. Aunque aparenta dotar sus contenidos de un quehacer reflexivo, creativo y crítico, los mismos están acotados por los valores del mercado y la libre empresa, así que tal creatividad y crítica sólo existe como funcionalidad para preparar al educando en el servicio al Mercado. El estudiante crea, innova, reflexiona en torno a las necesidades del mercado, no de lo que requiera o necesite su comunidad, el Estado de Veracruz o el país.

Finalmente, en esta primera parte, el MEIF es un modelo impuesto, no consensuado, no sólo al interior la comunidad universitaria, sino con la misma sociedad veracruzana. Se implementó como una “necesidad de transformación y modernidad de la educación superior” sin precisar que tal necesidad y modernidad eran las del mercado neoliberal. La Universidad Veracruzana es el laboratorio para extender este modelo de “Éxito” a las otras universidades estatales y por supuesto a la Universidad Nacional. Se experimentó aquí, por tener un modelo de gobierno más elitista y cerrado; y porque el accionar de su comunidad académica y estudiantil desde los años noventa es pasivo y muy focalizada cualquier tipo de resistencia.