“Un vaso de agua no se le niega a nadie”
“El agua no se vende, es de todos”
¿Quien no ha escuchado estas frases en su infancia?
Sin embargo, la embestida del capitalismo salvaje, una vez que ha conseguido desmantelar las industrias nacionales, se dirige al último resquicio: los recursos energéticos y acuíferos. Constantemente escuchamos que la creación de infraestructura hidráulica “no es rentable” “Se requiere de la participación de la iniciativa privada para <
Debemos señalar que los términos “inversión” y “rentabilidad” tienen una connotación capitalista y que no refleja una realidad en términos sociales. El destinar recursos a la obtención, gestión y distribución del vital líquido, no es una inversión, ni un proyecto rentable (de ganancias financieras) sino una necesidad humana. Los gobiernos y los pueblos deben prever en su planificación fiscal y gubernamental dos cosas: Las cuotas por el agua potable deben a tender a reducirse a cero para consumo humano y debe haber un mayor control para el consumo doméstico e industrial; en donde cada ciudadano y empresa se convierta en un preservador de dicho recurso. Las imposiciones fiscales relacionadas con este rubro se deben dirigir diferencialmente, porque quienes más contaminan el agua son los que quieren apoderarse de ella: las transnacionales y los ricos.
No se piensa privatizar el agua, el agua para consumo humano ya está privatizada y es altamente cara: México es mayor consumidor de cerveza y refrescos en el mundo, es decir, somos consumidores de agua privatizada (y además, por añadidura dañina para la salud) nuestras aguas nacionales están en manos de la Coca Cola, la Pepsi Cola, Big Cola, Gugar, Grupo Modelo, etc. Quienes obtienen de los municipios donde tienen sus embotelladoras, agua a precios muy baratos y son revendidas a precios exhorbitantes (incluso mayor que la leche, otro botín de los privatizadores del agua).
Antes, nos atrevíamos a consumir agua directamente de la llave, pues era potable, ahora, las personas tienden a consumir agua “purificada” embotellada en garrafones.
Entre los terratenientes, la privatización de los ríos, pozos y mantos acuíferos se ha acelerado en el gobierno de Fox, han dejado de ser un patrimonio nacional, para convertirse en un bien privado.
La privatización del agua es el último escalón en la privatización del ser humano, ya existe una amplia privatización de sus fuentes alimentarias (véanse los productos de Monsanto), los genes van por la misma ruta, si la privatización del agua llega a ser total, habrán controlado la composición de nuestros propios cuerpos y podrán decidir sobre nuestra vida. En el fondo, es una lucha de biopoderes.
El agua ahora tiene copyright, dentro de poco tendremos que pagar un canon para poder consumirla, sino, al tiempo...
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