El regreso de las capuchas negras

EL REGRESO DE LAS CAPUCHAS NEGRAS

Durante el mes, hay tres noticias que me han llamado mucho la atención, : La primera trata de la implantación de la enseñanza en las escuelas públicas de Estados Unidos de la “Teoría del Diseño Inteligente” que no es más que el creacionismo redivido. La segunda el llamado de la jerarquía católica mexicana a participar en sus talleres de “democracia” (una institución tan antidemocrática en su gestión, hablando de participación ciudadana) y la tercera la entrevista de Manuel Espino, presidente del CEN panista publicada en el periódico La Jornada donde apunta a que es necesario “avanzar en las reformas estructurales” en materia religiosa en México (Que no es más que el otorgarle de manera abierta medios masivos de desinformación, digo de “comunicación”, ya que ahora el trabajo “velado” lo hacen Televisa y Televisión Azteca; y la enseñanza abierta de religión en las escuelas públicas, que ahora se disfraza de educación cívica y ética).
Y todo esto en el contexto de la telenovela de moda “Alborada”, donde cada vez de manera más frecuente se resaltan la ideología católica, que presupone que ser mexicano es ser católico guadalupano, dispuesto a defender la religión y los fueros y de obedecer los designios del patrón.
En el primer caso, existe un error de origen, cuando Bush supone que la teoría de la evolución tiene el mismo carácter de “teoría” que tiene el “Diseño Inteligente” olvida (o más bien creo que ignora, porque si algunas vez los Estados Unidos tuvieron un presidente que además de racista y megalómano fuera ampliamente ignorante, ese es Bush) que cuando hablamos de teoría en ciencia, no estamos hablando de supuestos, estamos hablando de hechos comprobados susceptibles de ser falsados, modificados, pero cuya matriz es suficientemente sólida. El creacionismo no es una teoría, es una hipótesis, y además una hipótesis no científica, por lo tanto, no tiene sentido enseñarla en un espacio, como es el escolar, donde se supone que se asiste a aprender ciencia.
Ya de por sí nos saturan con discursos de dominación vía la religión en las proximidades de nuestro barrio, en el edificio público que denominamos iglesia y que regentean en nuestro nombre los curas, como para tenerlos ya no las 6 horas que le dedican a espacios religiosos las televisoras, ¡Sino con un canal de 24 horas de transmisión abierta! La única ventaja que se tendría de dichas transmisiones sería el de identificar a los pederastas más peligrosos del país.
Pero Espino insiste en darles más espacios de manera legal, para que puedan expresar sus opiniones políticas y sociales ¿Y por qué no dar esa misma oportunidad a los grupos indígenas, de homosexuales, de defensa de derechos humanos? ¿Será porque los políticos creen que por salir en una foto a un lado de Norberto Rivera o Sandoval Íniguez u Onésimo Cepeda van a tener más votos? La jerarquía católica apuesta su sobrevivencia a los políticos, porque en su grey solo cree cuando realmente se hacen los “milagros de la Guadalupana”
Si bien las capuchas negras pretender regresar, queriendo hacernos creer que el paraíso perdido está en la vuelta a la Inquisición (Y sino por qué nombraron como Papa al encargado del “Santo Oficio” o por qué Bush tiene como asesor a un predicador Bautista que enseña que mentir es bueno, porque “Dios bendice a América” y lo mejor que podría pasar es que “alguien matara a Chávez) lo único que reflejan son patadas de ahogado, no obstante el pensamiento crítico debería de hacerse más presente, porque discusiones que ya creíamos superadas, como lo de la evolución, parece que no terminan de morir.
Y mientras, a esperar para cuando hay elecciones abiertas en la Iglesia Católica, o para cuando removemos al pastor de la Iglesia de la Curva (En Papantla), o para cuando asistimos a la boda del cura de la colonia, a fin de que reconozca a sus hijos... en fin que entretanto, nos dan un “respiro” de la política mexicana los dinosaurios priístas, los protozoos panistas y el caldo proteínico que es el PRD quienes no se han enterado de la evolución.