Reflexiones de un loco en medio de una tarde de frío

"Allí, donde quiero volver, tantas cosas se quedaron.
¿A dónde he ido a parar? ¿En qué isla he naufragado?
Allí corría tras una falda que huía despavorida.
¿Qué habrá sido de esa niña? Me recuerdo todavía
siguiendo sus pasos atento, escondiéndome en lo oscuro 
de un rincón deshabitado.Allí quisiera volver a menudo." 
(Allí, Ismael Serrano)


Chilpancingo es como Comala, la ciudad de los muertos de Juan Rulfo. Por más que trasiegues sobre su asfalto sólo encontrarás fantasmas.

Ya sea que la evoque o que mis pies pisen su dura corteza, la ciudad se aferra a sus secretos, a resguardar tu ser y persona.

Y aquí estoy yo, pensando si me hago más viejo o más tonto. Al Cristo de la esquina ayer le crucificaron. Por eso me he quitado las barbas y despojado de la túnica, no sea que me confundan con él. El mundo pide redentores, quien invente la pócima mágica que nos hará bellos y eternos; pero ya nadie quiere ser mártir, ni aunque le canonizen.

La ciudad de las avispas pica, y en su colmena no admite a nadie que venga de fuera. Y sin embargo la quiero, porque estando muerto me enseñó a vivir.

Y aunque desprecio al PRI, sus siglas me evocan tu calle, tu otrora casa en el quinto cielo. Aun de las cosas feas pueden nacer buenos recuerdos.

Podrás cambiar tu fisonomía, tu estilo o tus gustos; pero no tus ojos. Aquellos ojos donde me miré tantas veces buscando las respuestas a las preguntas últimas de la vida.

Y aquí me tienes anudando números, yo que nunca supe hacer declaraciones, le hago una cada día a la oficina de hacienda.

Yo, quien siempre fui tímido para hablar ante las multitudes, doy charlas a quienes sueñan con ser profesionistas del ocaso.

Y el último rincón que me hace seguir siendo yo, es este conjunto de bits.

Y ahora que el frío atiza y el calendario me avisa que en unos segundos me faltarán 731 días para cumplir cuarenta, y que mi cuerpo dice haber llegado a los sesenta, sólo se que ha valido la pena el haberte conocido, y que allí donde tú estés, me guardarás un rinconcito que me alivie de este viento polar.

De un alma que se alegra de saber que hay Almas que son inmortales y que son la verdadera imagen del cielo.