martes, 21 de agosto de 2007

El discurso de López Obrador en el 20 Congreso Extraordinario del PRD: La ausencia de la autocrítica y la transformación democrática



Andrés Manuel López Obrador se presentó ante el pleno del congreso perredista y expuso sus puntos de vista, los cuáles nos permiten elucidar cuáles son los rumbos que seguirá tanto su partido, como el movimiento que dice encabezar.

López Obrador señala “ El PRD se ha propuesto contribuir a la transformación política del país. Nuestro partido surge para hacer valer la democracia con dimensión social” Efectivamente el Frente Nacional Democrático, del cual surge el PRD, tenía como objetivo que el sufragio fuese efectivo; pero nunca se planteó más allá de ello, y eso ha sido la piedra de tropiezo del PRD. Al interior existen grupos y miembros del partido que pugnan por valores democráticos y transformaciones sociales, pero cuando la movilización social pone en riesgo la elección, el liderazgo perredista apuesta a éste último como medio de transformación y por lo tanto, termina cambiando demandas sociales por votos.
López Obrador continua: “En su estrategia política ha cuidado su independencia ante el régimen autoritario. Desde hace dieciocho años el PRD ha puesto por delante su política de principios. Los hechos así lo demuestran; nunca hemos aceptado componendas ni arreglos cupulares para alcanzar triunfos electorales; nunca hemos negociado nada que signifique mediatizar el avance democrático del país; y jamás hemos convalidado la política económica neoliberal que se ha venido imponiendo, a costa del empobrecimiento y la miseria de millones de mexicanos.” Aquí o se equivoca o pretende negar la realidad. Quizá a nivel nacional no haya arreglos o componendas para alcanzar triunfos electorales, (Aunque tal sospecha pesa sobre Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo) pero sí a niveles estatales y locales, y lo ha hecho en dos vías: Convirtiendo a los enemigos de los movimientos democráticos en candidatos (Y para ejemplo las últimas elecciones en Chiapas) o incluso convalidando fraudes electorales. En donde incluso, represores de los mismos perredistas, llegan a ser sus candidatos. Apunta que no ha convalidado la política neoliberal, pero ¿Y la ley televisa? ¿Y las aprobaciones cuasi unánimes a las reformas Hacendarias? ¿Y la aprobación tácita a hacer negocios como los hace Slim?
Señaló que su partido no saldría escindido del congreso, pero se ha equivocado, ha terminado mucho más dividido que antes, porque, pese a sus buenos deseos, sí existen corrientes internas que desean la negociación y el reconocimiento con el actual gobierno federal y éstas corrientes son las que controlan el aparato electoral del PRD, del cual el mismo López Obrador no pudo prescindir en su campaña presidencial.
Efectivamente, apunta Obrador “No esta demás señalar que una izquierda legitimadora no es más que una derecha tímida y simuladora.” Esa es una buena definición de lo que es el PRD. No termina de legitimar a Calderón, sólo porque la revuelta al interior del partido sería grave y lo mismo le costaría votos (Por cierto, en las elecciones de este año, ni siquiera a figurado dicho partido, aun en Estados como Oaxaca).
“Vamos a lo concreto.” Asienta Andrés Manuel “¿No es cada vez más evidente que las instituciones han sido apartadas del mandato constitucional, que han sido tomadas, envilecidas y puestas al servicio de una minoría?” Si Obrador ve a las instituciones envilecidas y puestas al servicio de una minoría ¿Por qué pretende seguir dentro de ellas? ¿Creé que con su sola presencia podrá transformar el dinamismo y la lógica neoliberal? ¿Qué su propio toque, cual Rey Midas, hará democrático al régimen?. Ese es el mismo camino que siguió Francisco I. Madero y ya sabemos en que terminó.
López hace un señalamiento por demás extraño: “No podemos dejar de señalar el triste, el deleznable papel de tapadera de la Suprema Corte de Justicia en los casos de Lydia Cacho, Atenco y en el tema mismo de Oaxaca. ¿Y no fue su gobierno en el Distrito Federal el que obstaculizó toda indagación sobre la muerte de Lydia Cacho? ¿No fue desde sus propias oficinas donde se denostó y vilipendió el trabajo de la periodista y a su propia persona? ¿No fue el gobierno perredista de Texcoco el primero en participar en la represión que terminaría en los acontecimientos de Atenco? ¿Por qué no se pronunció en esos días aciagos de represión? ¿No han sido los perredistas dentro de la APPO los más proclives a negociar con Ulises Ruiz? ¿De donde le viene ahora ese espíritu justiciero?
Al preguntarse sobre el quehacer de los legisladores y su falta de ética e interés por los problemas sociales, se interroga: “En pocas palabras, ¿dónde está la discusión sobre los grandes problemas nacionales?” Siento decirle, que efectivamente, la discusión de los grandes problemas nacionales no está en el congreso, sino en la calle, en las organizaciones populares, civiles y autonómicas ¿Por qué no se da una vuelta por los Caracoles Zapatistas? ¿Por qué no va y le pregunta a los integrantes del Movimiento en Defensa de la Tierra de Atenco. O a los integrantes de la APPO. El congreso sólo discute dos cosas: 1. Qué vamos a entregar este año a las grandes multinacionales y 2. Qué sueldo y prerrogativas nos asignaremos.
“La mayor parte de los medios de comunicación, la inmensa mayoría han sido reducidos a meros instrumentos de control y manipulación de la opinión pública. ¿Dónde está el derecho a la información, la equidad, la pluralidad y el profesionalismo que deben caracterizar a los medios de comunicación en los países democráticos? La libertad de expresión no consiste en que algunos tengan derecho a externar sus opiniones o que columnistas, conductores de radio, de televisión acaparen todos los espacios, todo el tiempo en los medios de comunicación para dar sus puntos de vista, para editorializar sin permitir el derecho a la replica. La libertad de expresión para nosotros es que la crítica sea patrimonio colectivo.” Pero mientras los siguen enriqueciendo vía campañas electorales, les siguen aprobando leyes a favor de sus intereses, desmantelando los proyectos comunitarios, siguen asistiendo a sus pasarelas, condonándoles sus impuestos. Y concediendo, ¿O es que el PRD no votó por unanimidad la Ley Televisa? ¿O es que él no pagó a TV Azteca para tener un espacio en campaña? ¿Por qué no proponen sociabilizar tales medios? Pero también estos señalamientos a la Radio, a la Televisión y la Prensa, también muestra el poco conocimiento que tiene López Obrador de los Blog, y de los Medios Alternativos.
Y aquí viene el punto de quiebre: “De ahí que, después del fraude electoral, luego del diálogo colectivo y de la Convención Nacional Democrática, se haya decidido tomar el camino de la construcción de una nueva República.” Pero mientras Obrador considera que el camino para la construcción de una nueva república es a través la limpieza ética del sistema electoral y la frugalidad administrativa, (estrategia reconstructiva) otros consideramos que es necesaria una nueva forma de organización social que parte de la misma base social, de caminar preguntado, de la construcción de autonomías, no la reconstrucción de sistemas.
“porque hay millones de mexicanos, hombres y mujeres, que han dicho: ¡Hasta aquí! y están dispuestos a participar en la renovación de la vida pública del país” Esto suena muy similar al “Ya Basta” zapatista. Tuvieron que pasar 13 años para que él se diera cuenta de esa misma realidad. Aquí como más adelante en su discurso, Obrador retoma parte del lenguaje utilizado en la otra campaña; esta estrategia va dirigida a incorporar las redes sociales afines a la Otra con su propio proyecto. Eso ya lo hemos visto el año pasado, al final de cuentas, resulta inmovilizante.
“Tengamos en cuenta que durante el proceso electoral que desembocó en la Convención Nacional Democrática, se creó el Frente Amplio Progresista. Esta nueva agrupación política debe ser el espacio para articular a todos los ciudadanos y organizaciones políticas y sociales que se expresaron durante la campaña, así como para recibir nuevas adhesiones.” Que venga y se los diga a sus propios seguidores peleados entre sí por estos lares cuando se trata de vivir del presupuesto.
“A final de cuentas, volvemos a lo que ha sido la historia de México. Antes eran liberales y conservadores. Ahora, en la lucha política de nuestro país habrá dos agrupamientos distintos y contrapuestos: derechistas y progresistas.” No, ese fue el error de los liberales del siglo XIX, que eran todo lo progresistas que querremos, pero a la hora de exterminar y llevar a la ruina a las comunidades indígenas no tenían empacho. Esa visión dicotómica de la realidad social impide incluir a la diversidad y sus matices.
“Pero no rehuyamos al debate y a la autocrítica, no caigamos en la autocomplacencia. “ Pero eso es precisamente lo que le faltó al López Obrador, la autocrítica (que falta en este mismo discurso) y la autocomplacencia (que lo limitó para prevenir el fraude electoral del que fue victima).
“El PRD sólo puede tener como caudillo al PRD” Esto sonó como aquella frase de “Hay un solo Dios verdadero pero con muchas manifestaciones” Esta frase es la reafirmación de que el PRD es un partido de caudillos, su pretendida reforma será entonces un consenso de caudillos. La posición de Obrador es: El pueblo debe seguir a su caudillo (El PRD encarnado en Andrés Manuel), que lo llevará a la redención social; en lugar de vayamos al pueblo.
Finalmente, y ahora es más claro, el camino de Andrés Manuel López Obrador es el mismo que siguió Cuauhtémoc Cárdenas, sólo cambia de guía, pero esa devoción por el “ya merito” no los llevará finalmente a ningún lado

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