jueves, 19 de octubre de 2006

Pronunciamiento de la Otra Campaña en el Totonacapan


POR LA AUTONOMÍA DEL PUEBLO OAXAQUEÑO
Octubre del 2006. Papantla, Ver.
1. Con la lucha del pueblo oaxaqueño hace más de cuatro meses, brotan los primeros hervores del nuevo México revolucionario, escenario que se viene calentando muchos años atrás mediante injusticias, miseria, engaños, desigualdades y corrupción.
2. Los maestros y maestras de Oaxaca nos han puesto el ejemplo al dejar entre paréntesis sus demandas particulares para asumir en su lugar la causa común de un nuevo gobierno, un gobierno en manos del pueblo, propiciando así la suma de muchas otras organizaciones y ciudadanos que incluso provienen de otros estados de la república. Más les vale al gobierno federal y demás gobiernos estatales, ir poniendo sus barbas a remojar, porque el pueblo mexicano despierta y se levanta.
3. Cada vez más mexicanos y mexicanas hemos visto cerradas las puertas institucionales al desarrollo de nuestros pueblos, mientras los altos funcionarios de gobierno viven en la opulencia, asociados con los grandes empresarios, como es el caso del gobernador de Oaxaca Ulises Ruiz, protegidos por sus propias leyes e instituciones. Estos caciques que controlan la economía, la política y la ideología de los mexicanos ven ahora con desesperación que su fin se acerca. La cantidad de soldados y policías que necesitan para mantenerse en el poder, es la medida del miedo que le tienen al pueblo y de su falsa legitimidad.
4. Ante esta situación, denunciamos la represión a la voluntad ciudadana en Oaxaca, así como las muertes ocasionadas por el gobierno estatal a través de sus grupos de choque. Denunciamos la militarización en el estado, que además viola el artículo 129 constitucional. Y defendemos el derecho del pueblo a decidir y cambiar su forma de gobierno, como lo garantiza el artículo 39: “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”.
5. El pueblo oaxaqueño es un ejemplo con más de 400 municipios autónomos, regidos por sus usos y costumbres, donde los partidos electoreros nada tienen que hacer. Como zapatistas, respaldamos cualquier consejo de gobierno alternativo propuesto por el pueblo para regir con autonomía el destino del estado, así como la organización para no caer en los mismos vicios de gobierno que han sido sepultados junto a Ulises Ruiz. Nos sumamos a la construcción de la otra democracia, donde el que mande, obedezca la voluntad popular.
6. Así, pues, respaldamos el derecho del pueblo oaxaqueño a violentar y modificar el orden establecido, porque “La paz no puede consistir únicamente en la ausencia de conflictos armados, sino que entraña principalmente un proceso de progreso, de justicia y respeto mutuo entre los pueblos, destinado a garantizar la edificación de una sociedad internacional en la que cada cual pueda encontrar su verdadero lugar y gozar de la parte de los recursos intelectuales y materiales del mundo que le corresponde; la paz fundada en la injusticia y la violación de los derechos humanos no puede ser duradera y conduce inevitablemente a la violencia” (Resolución 11.1, Conferencia General UNESCO, 1974).
7. Afirmamos que quizá nada se ha visto tan beneficiado por esta lucha como la educación de los niños y jóvenes oaxaqueños, quienes han recibido en este tiempo las más notables lecciones de valentía y organización ciudadana, como ningún otro niño en los últimos años de nuestro país. Nunca sus maestros les habían enseñado tanto; aquí se ve cómo “el maestro luchando, también está enseñando”. Estos niños son ahora portadores de una historia que nadie les va a contar, y en muchos casos son protagonistas de la misma. Es la historia de su pueblo y de nuestro México. Lo que ellos han aprendido en cuatro meses, jamás lo aprenderían de las actuales instituciones educativas durante el resto de su vida académica. Son testigos de una nueva etapa que comienza para todos.
8. Los niños y niñas oaxaqueños han aprendido lo que es un gobierno represor, al que no le importa matar por el poder de los privilegios, dejando familias desamparadas, viudas, huérfanos, luto y llanto por doquier. Saben lo que son los grupos paramilitares, verdaderos escuadrones de la muerte. Aprenden que los partidos electoreros son cómplices de la opresión, y que la televisión miente. Y con ello también aprenden la solidaridad; y el homenaje a los compañeros caídos. Aprenden que al pueblo se le respeta; que el pueblo unido jamás es derrotado. Aprenden lo que es una barricada, cómo organizarse, a defender la dignidad y tantas, tantas cosas que después seguirán preguntando e informándose de todo esto que han vivido, adquiriendo una identidad de pueblo en lucha. Esos niños son hoy los privilegiados en la historia de México.
9. Por eso, el magisterio de Oaxaca tiene en sus manos la gran responsabilidad de vencer y no defraudar a sus alumnos, misma que toca también a los padres de familia y a toda la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, a todo el pueblo mexicano que busca una patria nueva. Juntos tenemos que vencer y, así como Ulises Ruiz ya cayó, caerá también Felipe Calderón mediante la ira popular. Porque no basta la razón: sin enojo y sin indignación, no habrá revolución. Desde el otro Totonacapan en tierras veracruzanas, “la otra campaña” saluda y apoya esta lucha nacional por la justicia, la libertad y la democracia.
Por otra forma de hacer política
Abajo y a la izquierda
Comisión de Enlace del Otro Totonacapan
Octubre del 2006. Papantla, Ver.

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