Las lamparas atraen a los insectos nocturnos hasta la muerte. Como seres hipnotizados solo orientan sus sentidos a la luminiscencia, hasta que al alba caen víctimas de su propia fascinación.
Ese es también el problema del subcomandante Marcos. No puede vivir sin los reflectores, aunque estos sean enemigos de las causas que dice abanderar. Aceptar entrevistas en el noticiario matutino de Televisa, no solo nos resulta ofensivo, sino que crea dudas sobre las motivaciones propias del guerrillero del bolígrafo. Dar entrevistas a televisa cuando la misma Ley de Radio y Televisión impulsada por dicha empresa sepulta de manera tajante las radios comunitarias, culturales y sociales. Su presencia en ese medio me parece un despropósito.
No solo no era necesaria, sino que sirve para validar las operativos militares ocurridos en Atenco y Lázaro Cárdenas.
El que permanezca en la ciudad de México, es sintoma de que pesa más la atracción por los reflectores, que la organización social. La Otra campaña, concebida como una red de redes, debía continuar, ¿Por qué inmovilizarla a escasos dos meses de las elecciones? ¿Por qué centrarla en un nodo? Atenco está en el Estado de México, no en la UNAM o en el D.F., aunque allí haya movimientos solidarios.
La posición errática de Marcos solo ha favorecido la radicalización de la Derecha y el Facismo yunquista. Considero que eso obstruye los modos de organización civil, al hacer rehén a la Otra campaña de un grupúsculo de organizaciones que se dicen de izquierda (o ultraizquierda) que tienen vocación derrotista al creerse poseedores de la única verdad.
Considero, que si bien es más complejo, es a partir de individualidades en red que colectivos en red como se logrará la transformación democrática y social en este país. Mi propia experiencia me dice que muchos de los colectivos de la Otra Campaña, no son ajenos a las viejas prácticas autoritarias del stalinismo.
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